Después de una estancia sabrosísima en Aranjuez y Madrid, unas semanas enriquecedoras con mi familia y la mejoría de mi abuela, regreso a Ecuador con las pilas recargadas para acabar todo lo empezado y, sobre todo, disfrutar de la sociedad ecuatoriana a la que todavía no me integrado como me gustaría.
Aquí una bella muestra de los momentos que pasamos el sábado pasado algunos/as ruteros/as por Lavapiés poniéndonos al día de mil peripecias de todo el mundo.
Graciar por acompañarme como siempre, sois adorables.
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