sábado, octubre 25, 2008

UN PARAÍSO INSOÑABLE (JUEVES 23 DE OCTUBRE DE 2008)
















Unamás planeaba a más de 22 nudos/hora. El sol se asomaba tímido mientras la lluvia advenía y cambiaba nuestro destino. Para llegar a isla Grande, la mayor de las islas del Rosario (27 islas donde viven alrededor de 720 personas), tuvimos que voltear isla Barú, Bocachica, Tierrabomba y otros paraísos parcialmente abandonados que difícilmente reconocía yo desde la lancha Unamás. A mi lado estaban Eduard, técnico de la Fundación Surtigas, Cris y Diego, compis voluntarios como yo, y varias personas más empleadas de la fundación que nos guiaría por la isla.

La lluvia nos azotaba de manera hiriente la cara mientras nosotros, nuevos en la navegación en alta mar, llamada también marea brava, tímidamente mirábamos por el rabillo las maravillosas penínsulas de Cartagena e islas a las que nos acercábamos. Muchas de estas islas parecían totalmente despobladas aunque repletas de arboledas y fauna tropical.

Me acuerdo de todos ustedes, el inicio de esta aventura laboral-personal que duraría 26 horas estaba por empezar.

Las islas del Rosario son 27 islas caribeñas aledañas a Cartagena de Indias. Estas islas son consideradas parque nacional, y verdaderamente se merecen serlo. Este galardón que les otorgaron hace unos años hasta el momento ha sido más un quebradero de cabeza que otra cosa, al menos así lo cuentan los orika. En la mayoría de las islas viven afrodescendientes que habían sido esclavizados por españoles. Estas personas nativas afrodescendientes no son las únicas que habitan en las islas. En ellas también viven o tienen como segunda, tercera o cuarta residencia personalidades del país y de fuera. Estos foráneos, a diferencia de los nativos, al llegar el gobierno para proteger el parque nacional, sí se pudieron quedar en las islas a cambio de platica (dinero traducido en un usufructo, arrendamiento de un 1% del total tasado del precio de la vivienda). En cambio, los nativos están luchando por no conservar sino descubrir y reclamar sus derechos que nunca habían disfrutado porque estaban abandonados en la isla.

El pueblo nativo de isla Grande, la isla del Rosario más poblada (66 familias) vivía de la pesca y de la agricultura. Este pueblo llamado orika en honor a la hija de Benko Biohó, liberador afrodescendiente de los esclavos de Colombia en el siglo XVIII, siempre había vivido del cultivo y la pesca, pero actualmente se ve afectado por el desgasto del suelo al ser éste coralino. Los recursos naturales se encuentran allí, por otro lado, protegidos por el gobierno.

El gobierno les ha intentado echar durante los últimos 15 años. En medio del proceso de empoderamiento apareció la Fundación Surtigas, ONG creada para gestionar los fondos de Responsabilidad Social Corporativa de la empresa Surtigas (de gas). En ese momento el pueblo tenía dificultades para organizarse y aunar fuerzas para combatir la presión gubernamental. Los jóvenes se encontraban desmotivados y anhelaban el paraíso desconocido llamado urbe de Cartagena: el éxodo rural se aproximaba.

La Fundación Surtigas empezó a trabajar entonces en el desarrollo local de la comunidad haciendo acompañamiento de empoderamiento a través de la creación de un “concejo comunitario”, donde hay un líder, una tesorera, etc. y celebran asambleas y mingas (comidas comunitarias para discutir las cuestiones del pueblo). Posteriormente se reflexionó sobre un proyecto de vida de futuro para el pueblo.

El programa de la Fundación Surtigas se titula: “Recuperación socio-económica de población afrodescendiente del Consejo Comunitario de Islas del Rosario, en Cartagena, Bolívar”. Este programa procura proporcionar una herramienta para el aprendizaje de cómo construir con materiales alternativos; así como generar conciencia ambiental mediante el uso racional de las basuras.

La isla, como entenderéis, necesita de respuestas ecológicas y sostenibles para que el medio no sufra de las prácticas humanas. Como antes he destacado, el pueblo estaba abandonado y el transporte de la isla a Cartagena es muy caro (18.000 pesos ida = 6 euros) como para transportar la basura semanalmente y demás. La isla pretende autogestionar sus desechos y reciclarlos para la construcción de lo que a continuación explicaré. Esta autogestión de las basuras convirtiéndolas en materiales de valor para hacer arte, dignifica la vida de los isleños que estaban olvidados.

Actualmente se han implementado:
-Saneamiento básico: letrina seca compostera (seca porque el subsuelo es coralino y hay que evitar las infiltraciones). Además, las letrinas están construidas con muroeco, un muro formado por botellas de plástico de la misma medida rellenas de bolsitas de plástico, arena y otros desechos, que es muy resistente y ayuda a reciclar la basura. (Si alguien quiere más detalles, miren en: Global Dry Toilet Club of Finland: www.huussi.net o www.drytoilet.org).
-Servicio de energías: placas solares por unidad familiar. Estas placas solares permitirán a las personas aprovechar más horas de luz para la vida familiar y laboral (aquí las horas de luz van de 5.30-6 a 18 horas), poner un ventilador porque hace mucho calor, etc.
- Acceso al agua dulce: 150 toneladas en un aljibe o alberca. Gracias a esta alberca los habitantes del pueblo no tendrán que cargar con agua bien pesada y costosa a través de toda la isla.

Para todo esto el gobierno ha puesto todos los impedimentos que las personas adineradas propietarias de las fincas nunca han sufrido. Como os imaginaréis, el pueblo no disoné ni de luz ni de agua corriente ni dulce ni nada parecido, de ahí estas respuestas tan integradas en el medio isleño en el que se encuentras.
-Generación de ingresos: promoción de negocios de ecoturismo. Empresa de bolsos y monederos hechos de bolsas de plástico, artesanía diversa hecha en materiales reciclados como el coco que cae y otras maderas reutilizables, empresa de guías de ecoturismo, excursiones de buceo, baños en la laguna encantada por la noche, recorrido por las vistas panorámicas alrededor de las islas, etc.

Tuvimos la suerte que al final del día pudimos probar nosotros mismos algunas de las propuestas de servicios después de visitar el pueblo. No sé si ya me había ganado el cielo antes de llegar a Colombia, o simplemente es que quien siembra recoge, y quien cuida también recibe cuidados por las demás personas… porque visitar y vivenciar estos parajes y este pueblo orika supera mis expectativas.

Temblaba de manera nerviosa antes de tirarnos de la lancha en alta mar (aunque no con marea brava). Desde ese punto se veía la orilla muy a lo lejos, y ya nos disponíamos con tubitos y gafitas para hacer buceo superficial (snorkel). Le pedí a Hugo, nuestro guía, que me dejara respirar tranquila. Él notaba que mi respiración no era adecuada para meterme en el mar. Pues nada, le eché ganas y le pedí a Hugo que me cogiera de la mano en todo momento (Cris iba en pareja con Diego, y yo con Hugo). Al principio, al ver todos los corales, empecé a respirar más fuerte y fuerte y eso no iba bien. Los corales me hablaban como monstruos, me imaginaba todo tipo de seres imaginarios y recreativos, aunque no del mejor modo. Con poco me relajé y disfruté de las vistas. Al ver “nemos” y ballestas y corales, algas de muchos tipos, pensé que yo misma era un pececito más y lo disfruté hasta que llegó el atardecer, que nos acompañó durante nuestro buceo. Las vistas eran indescriptibles, nos quedamos atónitos mirando y buceando. Después nos dirigimos a la laguna encantada, pero antes de adentrarnos debíamos esperar a que anocheciera, así que aprovechamos para ir a visitar a Carlos, un artista de Cali que vive en una cabañita al pie del mar. Nos invitó a una tapita de pescado crudo macerado aquella misma mañana en limón y ajito. Rosario también vivía con él, una perra pequeñita y graciosa que al pasar del muelle a la casa había un pequeño salto de agua que le cubría el cuerpecito. Rosario tenía el mismo aura que Carlos. Media hora más tarde nos dirigimos a la laguna encantada, una laguna entre manglares que tenía las propiedades de agua muy densa e hiperpoblada de plancton. Otra vez a superar mis temores.

Cris:
-A mi me da miedo pero me voy a tirar pese a la suprema oscuridad.
Diego:
-Yo no he venido hasta aquí para quedarme en la lancha.
Hugo:
-Venga Montse, ya, que esto no lo has visto en tu vida.
Y… ¡¡zaaaaaaaas!, me tiré, y el plancton empezó a brillar y revolotearse por entre nuestro cuerpo.

El plancton son unas partículas que se encuentran al principio de la cadena del ecosistema. Estas son depredadas durante el día por pececitos, mientras que las más suertudas captan luz y luz como sistema de protección para la noche, porque de no ser así por la noche todos los peces acabarían con ellas.

Parecía un circo de brillos destellantes, cuanto más movías tu cuerpo, tus brazos, tus piernas, tu pelo, más se alumbraba el plancton asustado por si les comíamos. Incluso al orinar se veían chispitas brillantes.

La vuelta fue nuevamente maravillosa, en lancha bajo la luna y las estrellas. Después tuvimos que atravesar el pueblo entero caminando pues Hugo dejaba su lancha frente a su casa, justo en el lado opuesto donde nos hospedábamos nosotros (en una casa arrendada por Fundación Surtigas). En el sendero de vuelta no había luz, pero sí llevábamos linterna, que no nos impidió ver un cangrejo azul como una casa que me asustó harto rato. Hugo lo cogió y nos lo mostró de cerca. Durante el paseo nocturno las luciérnagas nos acompañaban, más simpáticas y bellas que un crisol. La cena fue de nuevo rica rica: arroz de coco, ensalada de lechuga y pepino, y un pescadito fresquito bien grande. ..

Lo demás no se puede explicar con palabras. Simplemente un paraíso insoñable que ojalá pudiera compartir con todas/os vosotras/os en un futuro… Gracias a quien ha llegado hasta aquí ;) ;)

viernes, octubre 24, 2008

Varias curiosidades de un día especial (19.10.2008)





Amigas/os,

Son las 7 de la mañana del lunes de la segunda semana que paso aquí, por así decirlo. Ayer volvíamos en coche de pasar un espléndido día en Turbaco, población aledaña a Cartagena, donde compartimos una comida comunitaria.
Primero esperamos durante una hora y cuarto en la esquina de enfrente de Actuar por Bolívar (la ONG con la que trabajamos y en uno de cuyos recintos tenemos nuestro apartamento donde vivimos) para que llegara el Metrocar (no metro, sino bus) que nos llevaría a la Terminal de Autobuses; luego cogimos una buseta a Turbaco. En él las gallinas quiquiricaban, o como se diga, así sin más, a las 8 de la mañana, y yo las acompañaba con un cocorocóooo; de camino paramos en el Jardín Botánico, aunque tan solo teníamos hora y media de visita porque nos esperaban en el almuerzo comunitario en Turbaco. Para llegar al Jardín Botánico tuvimos que caminar 20 minutos bajo el sol entre antiguas fincas y caballerías de personas adineradas de Colombia. El Jardín Botánico fue espléndidamente bonito, aunque de botánica como tal no aprendimos de nada porque no nos acompañó ningún guía y tampoco había cartelitos que explicaran aquellos conocimientos que a veces había compartido con tu hermano y con Julio. Ranitas chiquitas, lagartigitas, pajaritos, muchos pajaritos súper amigables, así como las maripositas que se revoloteaban en el cortejo del amor, algún pajarito carpintero… Y muchas plantas, muchas flores, muchos árboles; me sentía como un hada en su aposento de privilegiada en el reino de la naturaleza. Tras el Jardín Botánico, un moto-taxi con silla colectiva para varias personas fue el único transporte que nos podía acercar a Turbaco, donde nos esperaba Maria Piñerez, la trabajadora social que coordina los proyectos de Actuar-Turbaco. La casa donde se ubica la sede de Actuar-Turbaco pertenecía a una familia adinerada y es bien colonial y espaciosa y con un terreno bien amplio para el cultivo de árboles frutales y floripondios varios. Disfruté como loca mirando toda la vegetación. La comida comunitaria era en San Rafael de la Cruz, municipio que pertenece a Arjona, muy cerca de Turbaco. Llegamos con el coche de Wilson (amigo que trabaja en el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo) como si fuéramos los reyes del mambo. Turbaco me recordó a Palenque en sus deficiencias higiénicas, con casas de adobe, plásticos y poco más, y apenas calles de barro llenas de niñas y niños en cuero. En San Rafael de la Cruz, un pequeñito pueblo con adorables personas, estaba el grupo que nos había invitado a un almuerzo comunitario porque éste había asistido a un curso de alfabetización de Actuar-Turbaco. María Piñerez había sido la facilitadora del curso de enero a octubre (esa era la duración del curso) y cada domingo se dirigía a San Rafael y daba sus clases de alfabetización. A la comida comunitaria, celebración de final de curso –por así decirlo-, asistieron como 15 de los usuarios, la mayoría mujeres. Primero estuvimos visitando el pueblo con algunas de estas personas, visitando sus casas (en una de ellas, un abuelito que tenía un vivero me vendió una plantita llamada Siempreviva, tan bonita como el mismo abuelito) y luego nos reunimos en un lugar bonito que nos prestó una señora amiga de María y allí nos pusimos en círculo y nos dispusimos a que nos contaran cómo había ido el curso. Cada persona se presentó y contó cual era su actividad económica. La mayoría eran mujeres amas de casa, y el resto, hombres que se dedicaban a la agricultura. En todo ese momento de presentaciones me emocioné y casi lloré. La comida consistió en un sancocho de mandongo, un guiso con callos y distintas partes del cerdo. Como podréis suponer, o no, no comí ni una pizca de esa carne porque solo verla me… argggg, pero les agradecí toda su acogida y cariño al preparar un sancocho e invitarnos. De allí nos fuimos a un chiringo a tomar unas cervezas, y allí nos quedamos mucho rato conversando María, Cristina y Diego (mis compis de piso), Wilson (nuestro amigos de Naciones Unidas) y yo. La música que venía de las casas empezó a sonar a partir de las 4, entremezclándose una con la otra, como siempre pasa en cualquier calle de Colombia a casi cualquier hora del día. De las cervezas nos fuimos de nuevo a una casa donde celebraban un cumpleaños y allí estuvimos jugando con niños (que estaban por la calle, es decir, que en realidad no estaban bien mudados en el cumple, sino que estaban por allí merodeando) que nos enseñaron a manejar barriletes y cometas (barrilete es la variación de una cometa. El barrilete es octogonal o algo así) y hasta nos regalaron una. Yo aluciné y disfruté como una tonta.
Durante el día conseguí un barrilete, una planta (que se la pagué debidamente a un abuelo que se dedicaba a cultivarlas), y el día más emotivo que había pasado hasta ahora en Colombia. Bien bonito, cercano y enriquecedor.
Ojalá regresemos a San Rafael de la Cruz pronto, muy pronto, a agradecerles a estas personas que nos acogieron con su cariño y amor.
Y bueno, lo restante ya fue una cena de perrito caliente en Arjona, en la plaza mayor del pueblo, donde estaban todos los pelaos’ (chavales jóvenes) rumbeando (ligoteando mientras bailan) entre la música de un chiringo y la música de un coche y las dos mil músicas que competían por ser la más alta y más vacana de toda la plaza.
Y el resto fue intentar dormir sin aire después de un corte del suministro eléctrico en nuestro barrio de Canapote y muchos otros de la zona…

jueves, octubre 16, 2008

Noticia sobre Palenque en El País




Cataluña ayuda a Colombia a salvar la lengua criolla
En Palenque viven 3.500 descendientes de esclavos africanos
EFE - Palenque de San Basilio - 16/10/2008

La comunidad negra de Palenque de San Basilio, cercana al puerto colombiano de Cartagena de Indias, ha encontrado en la Casa de las Lenguas de Cataluña una oportunidad para salvar su idioma y cultura criolla.
Aunque Palenque se habitó a partir del siglo XVI con la llegada de esclavos procedentes de África, esta comunidad ha estado aislada hasta 1971, cuando se conectaron con el mundo moderno gracias a la construcción de una vía transitable. Por eso el tiempo parece detenido en Palenque, donde unos 3.500 descendientes de aquellos africanos mantienen vivas las tradiciones, los ritos y la lengua, un criollo de base léxica española que conserva características morfosintácticas del bantú africano, un idioma que les ha permitido transmitir de una generación a otra no sólo su historia, sino también su cosmovisión del universo.
Para ayudar a preservar esta cultura, y sobre todo esta lengua, han llegado a Palenque expertos de Lingua Món (Casa de las Lenguas de Cataluña) con el fin de exponer su experiencia en la conservación y difusión del catalán. "Hemos venido para presentar nuestro proyecto de Buenas Prácticas, que no es sólo para el catalán, sino para todas las lenguas, porque queremos hacer lobby con todas las personas que sientan y piensen que las lenguas son un valor y no un problema", explicó el director de Lingua Món, Antoni Mir.
Lingua Món promueve el uso de las lenguas de manera igualitaria y equitativa, y contribuye a su sostenimiento mediante la construcción de una plataforma en Internet que permite a cualquier persona del mundo acceder a un producto audiovisual que ofrece doblaje y subtítulos en distintos idiomas.
Acuerdos iberoamericanos
En el caso de Palenque, lo que la Casa de las Lenguas de Cataluña pretende es difundir en el mundo la realidad lingüística de Colombia: "Esto lo podemos y queremos hacer", matizó su responsable. "Quiero acuerdos concretos con comunidades lingüísticas y proyectos de Iberoamérica para que formen parte de este proyecto de buenas prácticas internacionales y conseguir socios que asuman como propia la plataforma audiovisual", manifestó Mir.
"Aprendemos de la experiencia catalana que la conservación de la lengua requiere de un ejercicio de mayor planificación, un ejercicio de materiales, de un apoyo gubernamental", dijo, por su lado, la líder comunitaria y miembro del Proceso de Comunidades Negras, Dorina Hernández.
"En Palenque ha sido un proceso más comunitario, donde nosotros, como líderes o como docentes, hemos sentido la necesidad de comenzar a incorporar la lengua palanquera a la escuela porque vemos que es fundamental para la persistencia de nuestra cultura y la propia lengua", agregó. Palenque de San Basilio fue declarado en 2005 Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.

miércoles, octubre 15, 2008

Palenque y sus tambores africanos










Bueno bueno bueno...

Tardo varios días en escribiros porque gestionarse el tiempo aquí no es tan sencillo y, sobre todo, después de 9 horas de trabajo frente a un ordenador a una le cuesta postrarse nuevamente frente al ordenador a escribir, por muy bonitas que sean las historias y las personas que las vayan a leer.

Este fin de semana pasado nos adentramos en el pueblo de Palenque para presenciar el mejor festival de música que haya visto nunca: Festival de tambores y expresiones culturales de Palenque. Éste tiene su origen en la música de grandes músicos palenqueros, todos ellos descendientes de afro-colombianos.

Palenque es un pueblo al sur de Cartagena, en su mismo departamento de Colombia, a una hora en buseta. Palenque es una villa desordenada, arenosa, con mucho barro, aunque hermosa por la naturaleza que le rodea, sobre todo por la naturaleza humana, de color negro, que le da una ideosincrasia muy especial. Los palenqueros son aquellas personas descendientes de esclavos africanos que llegaban a los puertos de Cartagena y que posteriormente eran transportados hasta este pueblito. A él llego Benko Bioho, su fundador, en 1603. En un siglo y medio más tarde consiguieron su libertad los palenqueros, a diferencia de muchos otros pueblos de esclavos de la zona costeña que lo lograron con mayor posterioridad.
Dicen muchos que es un pueblo maluco (feo) y lleno de basura. En realidad el pueblo en sí tampoco era espectacular, pero sí sus gentes que trataron a todos los foráneos espontáneos que habían llegado para las fiestas como si fueran de su propia familia.

A nosotros, por ejemplo, nos acomodó un palenquero que nos había presentado Wilson (amigo nuestro coordinador del voluntariado de Naciones Unidas en Cartagena) y fue un detalle. Durante los dos días que nos quedamos mucha gente nos invitó, detalle cordial que no hubiéramos aceptado nunca en Cartagena, pero si lo hubiéramos necesitado en Palenque sí lo hubiéramos aceptado. ¿Por qué? Pues porque por Cartagena están mucho más acostumbrados a turistas y por eso son más vivos, mientras que en Palenque no eran ni mucho menos malucos.

El festival fue espectacular, todo el día rumbeando (bailar y estar de cachondeo y cañas, por así decirlo) todo tipo de música. Las anécdotas son muchas, vivimos un puro pikó, un lugar donde rumbear que nunca hubiéramos visitado en Cartagena, pq son bastante populares, luego nos adentramos en el patio de una familia a bailar vallenato y champeta de manera loca mientras nos trataban como reyes, y siempre con la sonrisa por delante.

Muchas fueron también las personas viajeras que coincidimos por allá. A diferencia de lo que se cree, hay muchos viajeros que vienen a Colombia con sus artesanías sin tener miedo a las guerrillas y demás. Ni un cooperante ni nada parecido conocimos, pero sí vino con nosotros a Shiho, nuestro amigo japonés que lleva año y medio viviendo en Cartagena pq está como cooperante de la Agencia Japonesa de Cooperación Internacional en Niños de Papel. Él y mis compañeros de piso son los únicos cooperantes que conozco, pero ya iremos viendo.

Se me ocurren mil cosas más, la mayoría de ellas más divertidas que las ya contadas, pero habrá que ir tomándole nuevamente al ritmo de compartir este diario con vosotros, así que tiempo al tiempo, que en unos días espero que mi fluidez narrativa mejore.
Como tengo problemas a la hora de subir fotos, estoy intentando crear un blog de fotos a la vez que utilizo este. En cuanto lo haya creado también os facilitaré la dirección.
De momento, a descansar que ya toca, y mañana, a las 6.30 a.m, un bañito en la playita.
mOntse




viernes, octubre 10, 2008

Instalandome en Cartagena








Familia y amigas/os,

Ayer a las 12 de la noche aterricé en Cartagena después de unas 18 horas o no sé cuantas de vuelo y un cambio de vuelo en Bogotá. En Cartagena me esperaban Edmundo, su mujer Nazira, trabajadores de Actuar, Diego y Cristina, voluntarios de la Junta de Castilla y León, encantadores y alzando los brazos con todo su mayor entusiasmo pese a ser ya muy tarde para ellos, y para mi. En el vuelo me tranquilicé, me calmé, charlé, no porque yo lo necesitara, sino porque procedió así, conocí algunas personas simpáticas, y todo fue bien. Mi maleta llegó, y yo feliz como una perdiz. Sin embargo, antes de salir de Barcelona tuve un pequeño inconveniente: no podía llegar a Colombia sin billete de vuelta, así que tuve que comprarme uno así como así y ahora tengo que intentar precedir cuándo quiero volver para cambiar mi fecha de vuelo de regreso. Nada, un poco de lío por ir de espabilada.

Este correo lo empecé por la mañana y ahora por la tarde ya hay muchas novedades: tan solo he visto por ahora los proyectos de Actuar, es decir, que no he visto la ciudad todavía, pero de momento ando alucinando con el trabajo de Actuar.

Es difícil describir. A las 6 de la mañana me "he despertado", en realidad apenas he dormido, en el apartamento donde nos quedamos Diego, Cristina y yo, que está ubicado dentro de uno de los 2 grandes recintos que tiene Actuar. A las 7.30 hemos ido hacia el 2º recinto, a 100 metros de donde vivimos, donde nos esperaban en la reunión de la Junta Directiva para presentarnos y ha ido genial. A partir de entonces ha sido cuando he visto un poco el engranaje de todo esto y que en las próximas semanas intentaré describíroslo de manera adecuada. De momento, intentaré ir observando y empapándome de todo y cuando tenga una idea más clara lo cuento.

Más tarde me han ido enseñando los centros y explicándome a grandes rasgos todos los proyectos que ya no puedo retener en mi mente pq son verdaderamente muchos. He conocido aproximadamente 30 de las posiblemente 50 personas o más que trabajan por aquí, y a cuál más encantadora. Después he tenido una reunión con Rosario, y ha ido muy bien también. Ella me ha situado un poquito en el contexto y en las 2 horas casi de reunión ha dado tiempo para charlar de su familia y demás. De momento estamos intentando ubicar mi perfil en las tareas según ya me habían escrito en el convenio, y la verdad es que no son tarea fácil. Cuando esté todo más claro os lo cuento, pero vendría a resumirse en que, dado que la persona encargada de idear y redactar proyectos cada vez tiene menos disponibilidad, mi tarea consistiría en: informarme de TODOS los proyectos de capacitación, formación y microcréditos (con esto me ayudarán unas 3-4 personas) por tal de, en base a los antiguos proyectos y los contextos donde trabaja Actuar y las necesidades detectadas, diseñar un taller de gestión de proyectos (yo misma) para capacitar al personal de Actuar en gestión de proyectos. ¿Me he explicado bien? A parte de esto hay más tareas donde quieren que ayude, pero como creo que tienen muchas expectativas conmigo, mejor aminoramos un poco todo y me doy unos días para hacer un mapeo real de todo y luego nos sentamos nuevamente para ver cuáles, cómo y en qué medida serán mis tareas.

Espero que dentro de unos días escriba con más orden, pues ahora mi estómago, mi cabeza y el poquito de cansancio que tengo me están haciendo mezclar todo lo que os cuento.

La ciudad... no la he visto todavía. Ayer llegué a las 12 de la noche y ahora ya llevo 8 horas en los recintos de Actuar. Esta tarde iremos a la ciudad y espero ver la playa, que está muy cerca de aquí. Mañana posiblemente vayamos a Palenque, a 2 horas de aquí, para visitar un Festival de Tambores. El lunes es la fiesta de la Hispanidad, y el martes pilas otra vez con energía renovada.

Si más adelante consigo que mi ordenador coja una red wifi, quizá podamos hablar por el skype desde el apartamento donde vivimos.

Por lo demás, fenomenal. Vamos a ver cómo nos adaptamos y a funcionaaaaaaaar.

Os quiero, y mucho,

mOntse