miércoles, octubre 15, 2008

Palenque y sus tambores africanos










Bueno bueno bueno...

Tardo varios días en escribiros porque gestionarse el tiempo aquí no es tan sencillo y, sobre todo, después de 9 horas de trabajo frente a un ordenador a una le cuesta postrarse nuevamente frente al ordenador a escribir, por muy bonitas que sean las historias y las personas que las vayan a leer.

Este fin de semana pasado nos adentramos en el pueblo de Palenque para presenciar el mejor festival de música que haya visto nunca: Festival de tambores y expresiones culturales de Palenque. Éste tiene su origen en la música de grandes músicos palenqueros, todos ellos descendientes de afro-colombianos.

Palenque es un pueblo al sur de Cartagena, en su mismo departamento de Colombia, a una hora en buseta. Palenque es una villa desordenada, arenosa, con mucho barro, aunque hermosa por la naturaleza que le rodea, sobre todo por la naturaleza humana, de color negro, que le da una ideosincrasia muy especial. Los palenqueros son aquellas personas descendientes de esclavos africanos que llegaban a los puertos de Cartagena y que posteriormente eran transportados hasta este pueblito. A él llego Benko Bioho, su fundador, en 1603. En un siglo y medio más tarde consiguieron su libertad los palenqueros, a diferencia de muchos otros pueblos de esclavos de la zona costeña que lo lograron con mayor posterioridad.
Dicen muchos que es un pueblo maluco (feo) y lleno de basura. En realidad el pueblo en sí tampoco era espectacular, pero sí sus gentes que trataron a todos los foráneos espontáneos que habían llegado para las fiestas como si fueran de su propia familia.

A nosotros, por ejemplo, nos acomodó un palenquero que nos había presentado Wilson (amigo nuestro coordinador del voluntariado de Naciones Unidas en Cartagena) y fue un detalle. Durante los dos días que nos quedamos mucha gente nos invitó, detalle cordial que no hubiéramos aceptado nunca en Cartagena, pero si lo hubiéramos necesitado en Palenque sí lo hubiéramos aceptado. ¿Por qué? Pues porque por Cartagena están mucho más acostumbrados a turistas y por eso son más vivos, mientras que en Palenque no eran ni mucho menos malucos.

El festival fue espectacular, todo el día rumbeando (bailar y estar de cachondeo y cañas, por así decirlo) todo tipo de música. Las anécdotas son muchas, vivimos un puro pikó, un lugar donde rumbear que nunca hubiéramos visitado en Cartagena, pq son bastante populares, luego nos adentramos en el patio de una familia a bailar vallenato y champeta de manera loca mientras nos trataban como reyes, y siempre con la sonrisa por delante.

Muchas fueron también las personas viajeras que coincidimos por allá. A diferencia de lo que se cree, hay muchos viajeros que vienen a Colombia con sus artesanías sin tener miedo a las guerrillas y demás. Ni un cooperante ni nada parecido conocimos, pero sí vino con nosotros a Shiho, nuestro amigo japonés que lleva año y medio viviendo en Cartagena pq está como cooperante de la Agencia Japonesa de Cooperación Internacional en Niños de Papel. Él y mis compañeros de piso son los únicos cooperantes que conozco, pero ya iremos viendo.

Se me ocurren mil cosas más, la mayoría de ellas más divertidas que las ya contadas, pero habrá que ir tomándole nuevamente al ritmo de compartir este diario con vosotros, así que tiempo al tiempo, que en unos días espero que mi fluidez narrativa mejore.
Como tengo problemas a la hora de subir fotos, estoy intentando crear un blog de fotos a la vez que utilizo este. En cuanto lo haya creado también os facilitaré la dirección.
De momento, a descansar que ya toca, y mañana, a las 6.30 a.m, un bañito en la playita.
mOntse




No hay comentarios: