Todo se acaba, todo termina, y todo vuelve a empezar. Un día, mientras estaba en clase de historia en 1º de bachillerato, me di cuenta que que vivía en un universo infinito y terminable a la vez. Sentí que todo estaba ligado, que todas las ciencias que estudiaba en el instituto eran lo mismo, que yo era parte de esas ciencias y del universo, y que la vida, el trabajo, los estudios, la familia, los libros, la naturaleza,... todo, funciona como un péndulo que sube, baja, empieza y acaba. Si no fuera así, concibiríamos y comprenderíamos el mundo con dificultades -al menos yo-.
Para entender las experiencias vividas, es necesario que acaben, o que cesen para iniciar partiendo de una semilla que dará frutos más tarde, cuando teóricamente ya se haya acabado.
Ahora no me quiero ir, ahora me da pereza empezar de nuevo. Sólo me sucede algunos días, aquellos en los que siento que, aunque me empeñe a pensar lo contrario, no soy una persona desarraigada, que de verdad me apego a las personas y a la cotidianeidad de la vida normal, que no soy individualista ni egoísta, y que me da pena marcharme de los lugares como si hubiera sido una mera hada que vuela de acá para allá.
Espero permanecer acá y allá, aunque esto acabe de empezar.
4 comentarios:
Pero ¿tienes fecha de regreso?
Te debo las anécdotas que me pediste, a ver si me pongo a pensar y te envío varias :)
Muchos besos
el final seguro que es el principio de algo mejor, un beso maca
http://www.youtube.com/watch?v=eQao_qF6aUU
Helen, todavía no regreso, no tengo fecha para el vuelo, pero sí termino mi voluntariado y me voy a pasear por el Ecuador y Colombia con Javi ;) ¡Espero tus aventuras suizas!
Por cirto, el/la anónimo/a... vaya video se ha clavado del mejicano Valentín Lizalde (gracias)
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