Con otros ojos

Cuando la presidenta de una ONG te cuenta que Puja fue violada a los 8 años, la miras con otros ojos. Cuando la misma chica, presidenta, te cuenta que Potima, de 6 años, fue abandonada hace años y al llevarla a la ONG no sabían si podría haber contraído el VIH debido a abusos sexuales, la miras cono otros ojos cuando “te” trepa cariñosamente y salvajemente por las piernas.

Cuando te dicen que Puja es la mejor estudiante de su colegio, crees no haber entendido nada. Cuando te cuentan que estas niñas son hijas de prostitutas maltratadas casi a diario, que viven de maneras infrahumanas mientras llevan a cabo su horrible trabajo y, por ello, no tienen tiempo para criar ni alimentar a sus hijas, les miras con otros ojos.

Cuando ves a los hombres clientes de las madres de las niñas y adolescentes caminar por las calles del barrio rojo de Calcuta (Kalighat), al lado de la ONG que las ayuda y apoya en todo momento, les miras con otros ojos.

Cuando la presidenta de la ONG te cuenta que sufrió malos tratos y abusos sexuales por parte de su tío cuando ella era sólo una niña, lo miras TODO con otros ojos.