
Oigo comentar que el mundo sería un paraíso si todos valoráramos y apreciáramos con devoción el Ulises de Joyce y las Sonatas de Bach.
Yo, ahora, le escucho atenta, creyendo que nos toma el pelo. Un profesor de Literatura en la escuela confirma lo que estoy oyendo.
A los demás siempre les quedará el resto. A mi, todo lo que me encuentro por delante.
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