viernes, noviembre 06, 2009

La banda de mi barrio

Cada mañana, al rato de levantarme, oigo la banda de mi barrio tocar la batucada popularmente relacionada con Carlinhos Brown.

Hoy, para mi sorpresa, 3 bandas se han topado en el parque frente a mi casa.

Las escuchaba y me hipnotizaban alegrándome el día, patapam, patarrapám, chinchan. Y se me viene a la cabeza la similitud con las bandas con tizne militar, y se me ocurre pensar que sólo de rechiquita, cuando a penas tenía 5 años, tuve la oportunidad de ver en mi pueblo bandas acompañadas por "mayorets".

Las bandas de los pueblos no instigan a los niños a crear música, más bien suenan a disciplina, a orden... pero sí sirven como primer contacto con ese arte y de ahí pueden nacer bonitos sentimientos que prosperen hacia la creatividad e imaginación musical.

La banda de mi barrio me sirve como excusa para rescatar lo que me aporta vivir acá, al otro lado del Atlántico, donde algunos dirían que la "civilización" recién está dando sus primeros pasos. Ese orden diferente que se encuentra en países latinoamericanos como Ecuador son los que me invitan a vivir experiencias más puras, más humanas, más reales, menos apostilladas y enclaustradas en formalismos burocráticos. A veces me da por pensar que vivir acá me permite tener contacto con esa realidad social más similar a la que vivieron nuestros padres, o nuestros abuelos... combinada con una manera de autodefinirse cultural y socialmente distinta a la española, pero cercana, familiar.

Mi corazón palpita cuando escucho los tambores de la banda de mi barrio, mi corazón hierve al ver al Chimborazo, al Tungurahua (volcanes ambos) y al los Altares ensalzados sobre la ciudad de Riobamba, mi corazón se vuelca al sentir el despertar de las lluvias que pronto se alejan.

No hay comentarios: