Danzo entre las olas de la incertidumbre de la vida

No sé qué pensar, ni qué sentir...

Latidos fuertes que el corazón me zarandean;

muy a menudo me hacen volar

y en otras andar cabizbaja,

pero siempre sin rumbo ni destino.

La incertidumbre puede ser el mayor pesar;

ver si estás o no estás,

en qué momento y con quién, debes gozar.

Disfruta de la vida, y verás que las cosas se te presentan más sencillas

quizá sea mi naturaleza humana, que a diestra y siniestra, parece que...

me haga dudar de todo.

Pero la sonrisa nunca se pierde, pero tampoco hay que olvidarse

de los verdaderos sentimientos que una tiene.

Estallar puede ser imprudente,

pero más imprudente es callar.

Vuela que te vuela

Vemos el mundo a nuestros pies,
Lo vemos todo bien pequeño,
Como nosotros mismos.

Sobrevolamos en globo aerostático parajes
Similares a los castellanos,
Cultivo de cereales en la Catalunya profunda.

Me siento libre
Al imaginarme volando como un pájaro.

Me evado de la idea de que un piloto y un globo me facilitan la tarea
Vuelo por mi misma, junto a una persona muy importante.

Respiro hondo
Me evado del mundo,
A la vez que me siento integrada en otra esfera que no es la terrestre.

Vuelo con halas al lado de un pajarito bello.
Ojalá pudiera volver a desprenderme del suelo
Alejarme para sentir el aire que me acaricia la cara.

Ver que las cosas pueden tener un color y una forma distintas,
Desde otra dimensión y perspectiva

Porque volando el mundo se embellece.

Intentando conocer mis miedos...

Observo el mundo, y a menudo, intento observarme menos de lo que suelo hacerlo...

Mis miedos son, como dice la cantante del grupo "Nadadora", cada vez mayores...

Mis alas, cada vez, más aminoradas pero...

A menudo siento que me crecen tanto que un día echaré a volar hacia algún lugar inesperado

en el que las nubes me acogerán con cariño y ternura.

Cautela pero locura,

batacazos que sirven para retomar el vuelo...

Sueños sin cumplir, y otros que pronto llegarán...

Tomo aire, al intentar conocer mis miedos,

y despliego mis alas para sentir el aire fresco en mi rostro,

mientras observo el mundo a mi alrededor -que no a mis pies-.